¡Síííííííí,como soy un hacha,me he puesto a toquetear el ''ordenata'' y he conseguido poner un ''Contador de Visitas''! ;-) Ya sabéis,a visitarme mucho pa' que suba,eehhhh...
Marchando una de Capítulo 6:^^
Me sorprende. Repito, Alexander ya es alguien de bastante confianza…y no es difícil darse cuenta. No hago ningún otro comentario del que luego pueda arrepentirme.
Cuando salimos, como hay ventanas, Alice recupera su color, no sé si debido al sol o al aire fresco que entra por ellas. De todas formas, a mí también me viene bien.
Mientras caminamos, le voy dando vueltas a todo lo ocurrido. Las desapariciones de Valquirias, un Vampiro (lo que me ha dejado perpleja), la extraña aparición de una chica con poderes curanderos…todo parece ser un puzzle. De repente, Ozkora se acerca a mí.
-Por cierto, Éthara-me dice con voz neutra-, ¿tienes ya pensado cómo vencer a Jidar?
Frunzo el ceño, sin entender lo que dice.
-¿A qué te refieres?
Ella sonríe.
-Ah, claro, si no te lo he contado todavía. Ese Vampiro-me explica-se llama Jidar. Es el captor de Thor, como ya te habrás dado cuenta, y el culpable del virus de Odín. Además, creo que tiene relación con las desapariciones…o al menos, eso me han dicho. Bah. Rumores, seguramente. En fín, lo que quiero decir es que tienes que matarlo como sea.
-¿Cómo, Ozkora?-pregunto-¡Es imposible matar a un Vampiro!...creo.
-Bah-farfulla mi amiga-. Tonterías. Solo tienes que encontrar su punto débil.
Ya, claro, ¡como si fuera tan fácil! En fin, muevo la cabeza negativamente y me adelanto.
Ahora mismo solo puedo cruzar los dedos y desear que todo vaya bien. Sin embargo, tengo un mal presentimiento…
Retiro rápidamente esos pensamientos de mi mente y me pongo al lado de Alexander.
-¿Qué piensas hacer cuando acabe todo esto?-me pregunta.
-Pues volver a la caza de demonios, así que ándate con cuidado-bromeo con una sonrisa.
Él no parece muy contento.
-¿Quiere decir eso que volveremos a ser enemigos?-me dice, con voz neutra. La verdad, no parece que le importe mucho.
Me quedo cabizbaja.
-No podemos ser otra cosa-respondo-. Va contra la ley…
Me interrumpo. Me doy cuenta de que lo que estoy diciendo es una completa estupidez. ¿Qué ley, ni ley? ¡No hay ninguna ley! Creo que es porque he estado demasiado tiempo luchando contra ellos…se me ha subido a la cabeza. Frunzo el ceño e intento no mirar a Alexander a la cara; Me es imposible. La vergüenza me inunda. Él me regala una media sonrisa. Supongo que lo entiende.
Continuamos nuestro trayecto con pesadez y resentimiento, ya que lo último que queremos es ir a encontrarnos nuevamente con unos sanguinarios colmillos y afiladas espadas demoníacas que nos quiten la vida. La verdad, ninguno estamos en condiciones de que nos hieran y ni mucho menos está Alice con fuerzas para curar. Thor es como si no existiera, no habla, no se queja…más que un Dios, parece un fantasma, silencioso. Le miro pensando ir a preguntarle cómo está, pero se me quitan las ganas nada más verle. Su rostro muestra un gesto de tristeza, dolor y angustia a la vez que me abruman. Arrugo la nariz sin poder evitarlo.
Llegamos a la puerta en la que hace unas horas nos pillaron los demonios. Me acerco con cautela.
-Bien, hay que entrar en silencio, tal vez con suerte no nos…-digo, pero Ozkora me interrumpe.
Mi aliada no duda en lanzarse a la puerta y la abre de una patada. Todos la miramos con los ojos abiertos como platos. Ella ni se inmuta, ni habla. Simplemente, desenvaina su espada y se defiende contra los demonios que se nos abalanzan protegiendo a su señor.
-¡Ozkora!-le chillo, parpadeando perpleja. Ella sonríe.
-¿Qué pasa?-dice-¿Acaso creías que me iba a quedar ahí parada? Estaba claro que los demonios nos iban a pillar, boba.
Dios mío. He aquí la prodigiosa mente de mi amiga. No sé, yo pensaba clavarle la espada por detrás o algo así. Pero no. Bueno, lo hecho, hecho está. Así que continuamos nuestra nueva lucha contra los demonios, aunque la verdad es que la última vez que estuve aquí no había tantos demonios. Uno de ellos me araña en brazo, pero no es importante. Puedo estar con ello, me lo ha hecho en el brazo izquierdo y soy diestra. Mientras Thor y Alexander se encargan de nuestros enemigos, Alice se acerca a mí para hacer desaparecer el arañazo.
-Tranquila-me susurra-. Te lo quito enseguida.
Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, de sus manos no salió ningún resplandor y mi arañazo no sanó. Las dos fruncimos el ceño, extrañadas. Ella se mira las manos, asustada.
Un demonio se acerca por detrás de ella, con su espada desenvainada. Empujo a Alice hacia otro lado y le corto la cabeza de cuajo al demonio. De pronto, me siento extraña. He matado a un montón de demonios, pero nunca le había cortado la cabeza a nadie. Supongo que era por cierto respeto. Bueno, da igual. Él pretendía hacer lo mismo. Me giro a Alice, que sigue tirada en el suelo, sentada y aturdida, mirándose las manos. ¿Qué le habrá pasado? No tengo tiempo de pensarlo. Los demonios parecen querer ir solo hacia a mí y Alice, y ya que ella no está en condiciones de defenderse, tengo que protegernos a las dos. Entre patadas y embestidas con mi espada, intento salvarla por lo menos a ella. Parece como si estuviera en estado de shock, inútil y desolada, como una niña.
-¡Alice!-le grito-¡Levántate, vamos! ¿Qué te pasa?
Ella levanta la cabeza hacia mí, pero es como si no me mirase. Su mirada está vacía, confundida y totalmente perdida.
Me arrodillo ante ella y la sacudo como a un trapo agarrándola de los hombros.
-¡Alice!-vuelvo a llamarla, en un intento de hacerla reaccionar-¡Despierta! Vamos, vamos…
Nada. Con un juramento por lo bajo, me vuelvo a levantar con mi espada en alto.
-¿Qué ocurre?-me dice Alexander, mientras me ayuda a combatir contra los demonios.
-No lo sé, no se levanta-contesto, aturdida-. Ha intentado curarme un arañazo pero no ha conseguido que sane.
Él no dice nada más. Se agacha junto a mi desvalida amiga e intenta levantarla. La coge en brazos como si fuera una pluma.
-Está en estado de shock. Me la voy a llevar a un lugar más seguro-me explica, al final estuve en lo cierto.
Rápidamente, a una velocidad vertiginosa que caracteriza a los demonios, sale de la estancia y se esconde por detrás de la puerta. Thor pelea realmente bien, pero si su arma más letal, su martillo eléctrico, es más débil de lo normal. Aunque no estoy segura de que sea real esa arma. A lo mejor incluso es una simple leyenda.
Observo pensativa como Alexander se marcha con Alice en brazos y vuelvo a alzar mi espada. El cansancio me recorre el cuerpo, ya me cuesta sujetar la espada. Es como si por cada demonio que mate, aparezcan dos nuevos demonios más. Es casi imposible derrotarlos. Me acerco por detrás de Thor.
-¿Cómo vamos a matarlos a todos?-pregunto a su espalda.
-Son demasiados-contesta-, nosotros solos no podemos.
Miro a mi alrededor para ver si Alexander ha vuelto, pero no le veo por ninguna parte. Salgo de aquí y voy a su encuentro. Alice está sentada en el suelo con las piernas estiradas y Alex a su lado, sentado.
-¿Mejora?-pregunto.
Él me mira.
-Pues…no lo hemos probado-me responde.
Alice alza la cabeza hacia mí y me agarra fuertemente del brazo.
-¡Ay!-me quejo.
Ella me sujeta la muñeca con una mano y la otra la coloca por encima de mi arañazo. De sus delgados dedos sale un tenue brillo, y hace que sane un poco. Yo sonrío pensando que ha recuperado su poder, pero ella, sin embargo, frunce el ceño. Se levanta de un lado y entra arrastrándome en la sala donde Thor lucha por su vida. Vuelve a intentar curarme. Sin embargo, esta vez no hay resplandor y mi arañazo se queda como está. Ahora sí, sonríe, y a diferencia de mí comprende lo que ocurre. Desenvaina su espada y se une a Thor. Encogiéndonos de hombros, Alexander y yo le seguimos.
Cuando solo quedan dos demonios, unas palmas nos sobresaltan.
-¡Bravo, bravo!-grita una voz-He hecho bien en mandaros a hacer esta chapucilla. Gracias, chicos. Podéis retiraros.
Cuando los demonios se marchan, descubrimos al dueño de la voz: Jidar.
Baja las escalerillas que conducen a su enorme trono y se coloca justo frente a mí.
-Qué bien lo hemos pasado, ¿eh, preciosa?-me dice-Espero que esos ineptos no te hayan echo daño…-me agarra del brazo, y no puedo evitar un gesto de dolor-Oh, vaya. Qué pena…
Me suelta y emite una sonora carcajada. Da una vuelta en torno a mí, examinándome. Tengo la impresión de que quiere algo de mí…este tío me da muy mala espina. Detrás de mí, se relame como un gato observando al ratón antes de comérselo. Se acerca a mi espalda y coloca sus manos de largas y enormes uñas sobre mis hombros, que, comparados con sus manazas, son diminutos.
-Tengo planes para ti, querida-sisea con malicia, acercando su barbilla a mi cuello. Me debato, no me gusta tenerle tan cerca de mí-. No, no gastes más tus fuerzas. Resérvalas para el momento más importante.
Por fin, se aleja,y yo reprimo un último escalofrío...
-¿Qué quieres de mí?-le pregunto.
-Quiero lo que más necesitas-contesta-. Algo que tú no puedes darme pero yo sí puedo quitarte.
Frunzo el ceño, pensando en lo que quiere.
-Entonces, ¿cómo…?
Callo, sorprendida. Comprendo al instante lo que pretende quitarme.
Quiere mi sangre.
Espero sinceramente que os haya gustado. ^^
Estos vampiros son unos verdaderos cochinos a la hora de alimentarse. no tienen ni idea de lo q es ser un buen gourmet, vamos, q no podía prefeír una buena tortilla de papas antes q unos litros de sangre cruada, puaaaaaggg.
ResponderEliminarEthara tenía q haberle dicho: "oye, y no te conformas por de pronto con un paquete de doritos q guardo aquí en mimochila? y luego te pago unas papitas fritas en dnd quieras?" jejeje
en fin, fuera bromas, me sigue gustando la hitoria y sabes crear suspense.
un saludito Alma.
Hoooola Perga!
ResponderEliminarPues sí,mira,creo que en eso estaba pensando Éthara en ese mismo instante:''Mecachis!Por qué no me habré traído una bolsita de doritos!''
Jajaja. xD
Me alegro de que sigas leyéndome,y espero que estés muy bien.Un besazo Perga.
Almalual.
Acabo de hablar con la Valkiria Alice por teléfono (tuve la suerte de toparme con Éthara como primera voz al aparato >;0])y le he comentado q habías cambiado la cabecera de tu blog.
ResponderEliminarAsí q te lo escribo para q sepas q me paseo por aquí de vez en cuando
Menester sería q en los laterales pusieras un frigorífico con cocacolas fresquitas y un sofá para tus visitantes, ejejej, y q entiendo q ahora estés dedicada a estudiar principalmente.
Se queda mucho más vivaz la cabecera de ahora, pues tiene más colorido. Me gusta mucho. Pero ya sabes, el minibar con refresquitos para los invitados cuando tengas unas minivacaciones lo pones tb y, si no es pedir mucho, unos cojincitos q no tengamos q sentarnos en el suelo. xDDD
Cuídate y un besote Almalual